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Martes, 14 de enero de 2025



FORO DE LECTORES


Educar para la vida

Inés Revuelta Sánchez [email protected] | Martes 14 enero, 2025


Inés Revuelta


Como educadora, me produce un enorme sobresalto cada estadística que nos demuestra que hay niñas, niños y jóvenes fuera de las aulas; pero aún es más preocupante, como ciudadana, enterarme de que aumenta la participación de personas muy jóvenes en consumo y distribución de drogas, aunado al serio involucramiento en redes de crimen organizado.

La señora Patricia Vargas González, Magistrada de la Sala de Casación Penal y coordinadora de la Subcomisión Penal Juvenil, en entrevista con Fátima Jiménez (La Nación, 30 de diciembre de 2024), indica que en primer lugar, “tenemos personas menores cometiendo delitos dolosos en una mayor medida…hablamos de 127 casos si sumamos homicidios dolosos y tentativas de homicidio solo en el 2023” y como segundo dato alarmante, “existe un incremento de los abusos sexuales contra personas menores de edad, pasamos de 374 en el 2019 a 1.338 en el 2023”. La señora Magistrada señala dos temas en concreto como posibles soluciones;

a. Todos los jóvenes necesitan un soporte, necesitan información, necesitan que les ayuden a crecer, a desarrollarse como personas adultas, y en este momento las respuestas institucionales en ese sentido están siendo muy, muy débiles.

b. El país debe asumir la responsabilidad que le corresponde para garantizarle un futuro a esta niñez, si es que queremos revertir la situación que estamos viviendo. Este es un proceso que probablemente no sea tan rápido, porque las respuestas sociales no son tan veloces; no obstante, concuerdo en que es el camino seguro para evitar que hoy tengamos una nueva generación perdida y el día de mañana otra y así sucesivamente.

De ahí que, con relación a esto, se requiere de forma urgente establecer una política educativa que trabaje en tres cometidos que destaco de manera conjunta por su innegable relación y que son:

-La protección de la infancia, adolescencia y juventudes desde un enfoque de seguridad integral (física, mental, ocupacional, etc.).

-El mejoramiento de nuestro sistema educativo de forma integral para que se provean espacios seguros, creativos y atractivos para las poblaciones destinatarias.

-Desincentivar la participación de la adolescencia y juventudes en actos delictivos y en redes de crimen organizado, ampliando y fortaleciendo las oportunidades de estudio y carrera profesional.

La protección de las poblaciones desde la infancia hasta las juventudes es un imperativo de toda la sociedad y requiere de manera urgente que se trabaje conjuntamente entre el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), el Ministerio de Educación (MEP), Ministerio de Salud (MS) y el de Seguridad Pública (MSP), en la prevención del abuso sexual de personas menores. Con relación a este flagelo del abuso sexual, los espacios familiares, sociales y escolares deben ser intervenidos con campañas educativas y preventivas, con acciones afirmativas eficientes y además, ser abordados como lo que son: delitos contra personas menores. Las huellas de los abusos sexuales son imborrables y establecen patrones de comportamiento que pueden afectar la convivencia social, educativa y profesional de estas poblaciones el resto de sus vidas. No sólo afectan a las víctimas sino a sus parejas, descendencia y familia futura, porque las acciones de violencias sufridas, tienden a perpetuarse y reproducirse en lo que constituye una cadena perversa que produce un gran daño a la persona, en lo intrafamiliar y en lo social.

Con respecto a nuestro sistema educativo, debe ser capaz de ofrecer las garantías para que las aulas se conviertan en espacios de convivencia seguros, libres de violencias, ampliamente diversos, inclusivos, creativos y modernos. La educación debe ser vista en la sociedad como una oportunidad invaluable e impostergable de desarrollo humano. La gran reforma educativa debe planificarse en Costa Rica a la luz de las necesidades de desarrollo de nuestra infancia y como vínculo para fortalecer los principios y valores sociales de manera intergeneracional.

No podemos conformarnos ni desahuciar a aquellas generaciones que han venido sufriendo los embates de un sistema educativo debilidades, carencias y desactualización…lo que no podemos es seguir dejando el tiempo pasar.

Por último, cada persona que esté fuera del sistema educativo está doblemente expuesta a caer en delincuencia y/o redes de crimen organizado. Para ello, las redes que se construyan desde el hogar, el centro educativo, la comunidad y las instituciones de apoyo como el PANI, MEP, MS y MSP, así como las acciones a nivel municipal, son vitales para que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes se sientan apoyados y respaldados con miras a la construcción de un futuro lleno de oportunidades para lograr una vida digna.

Educar para la vida. Educar en el amor, la comprensión, la diversidad, la inclusividad y la creatividad. Educar para la seguridad. Educar para que nuestras infancias, adolescencias y juventudes confíen en nuestra institucionalidad y para que no sigamos banalizando precisamente desde la institucionalidad, las estadísticas que siguen siendo muy tristes y reales; porque detrás de cada dato, hay personas, familias y comunidades que sueñan con un futuro lleno de prosperidad y de oportunidades para su gente.







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