Agradecimiento

Muy estimadas personas que durante años han destinado minutos de sus vidas a leer “Candilejas”, bienvenidas una vez más a este, que es el último que se publica en “La República”.

Con mucho agradecimiento se los comunicamos y es mucha la satisfacción y alegría que nos produjeron estos seis años y medio – desde el 13 de setiembre de 2014 - de compartir con ustedes reportajes, ideas, reflexiones u opiniones.

Gracias a esas personas que también se tomaron su tiempo para comunicarse con nosotros por otras vías y retroalimentarnos con sus opiniones y tantas veces para felicitarnos por la labor realizada.

Gracias a tantos profesionales, expertos y artistas que generosamente compartieron conocimiento y experiencia para dar vida a cada “Candilejas”, semana a semana.

Nuestra intensión y esfuerzo estuvieron siempre destinados a servirles de alguna manera a quienes nos leían.

Agradecemos mucho también a este periódico, “La República”, con el cual trabajamos siempre en estrecha colaboración para producir y publicar “Candilejas”, el espacio sociocultural. Gracias por acoger desde el inicio este concepto, esta forma de comunicarnos y por permitirnos hacerlo con total libertad.

Estamos cerrando un ciclo en el que aprendimos mucho y en el que nos pudimos dar cuenta de que los temas que abordábamos eran del interés de ustedes, que nos han leído desde Costa Rica pero también desde otros países del mundo.

Hoy no les decimos adiós sino hasta luego y hasta siempre.

Nuestro agradecimiento también al Ministerio de Educación que otorgó a “Candilejas” la Declaratoria de Interés Educativo y al Ministerio de Cultura que nos honró con una declaratoria semejante, en su área. Así mismo, al Colegio de Periodistas de Costa Rica, que nos distinguió con un reconocimiento por ser “periodismo diferenciador”.

Todo eso, junto al deseo de servir a ustedes, nos motivó siempre a intentar hacerlo cada día mejor.

El espíritu que dio vida a “Candilejas”, por este cierre de ciclo no desaparece, porque - como su nombre lo indica - es una pequeña lucecita, una candelita, dentro de un recipiente transparente que no permite que los vientos la apaguen.

Costa Rica y el mundo están atravesando una muy dura etapa por la pandemia, este socollón que comenzó amenazando y dañando la salud de muchas vidas, algunas veces hasta matarlas, y de seguido continuó con sus violentas sacudidas en todos los órdenes de la vida.

Esto pasará, aunque deje severas secuelas. La vida ha de continuar en el planeta porque siempre habrá personas fuertes, decentes, inteligentes, dinámicas, honorables y sabias, que retomen las riendas y sepan llevar a la humanidad por el mejor camino para todos.