Recorte en los intereses de créditos existentes es necesario para la reactivación, según el Observatorio Económico de la UNA

Para reactivar la economía, el Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional propone un recorte en las tasas de interés de los créditos ya existentes.

“El nivel de endeudamiento de los hogares tocó techo y por ello la capacidad de consumo se contrajo”, explican los investigadores Roxana Morales, Greivin Salazar y Fernando Rodríguez.

Esto hace necesario reducir los márgenes de intermediación financiara para bajar las tasas activas y poner un límite a las de usura, de manera que aumente la disponibilidad de recursos de los hogares, agregaron.

Una reducción en los intereses de los préstamos vigentes inicialmente se aprovecharía por los hogares para ordenar su presupuesto y, posteriormente, para mayor gasto, consideran.

Bajar las tasas solo para créditos nuevos no daría el impulso deseado en el consumo, y podría tener el efecto contario cuando vuelvan a subir los intereses.

A los datos del endeudamiento formal en el sistema hay que sumar otros que tienen tasas de interés más elevadas, como las deudas en casas de empeño, prestamistas informales, endeudamiento en comercios y planes para adquirir teléfonos móviles.

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Precisamente, el Banco Central les advirtió a los diputados que fijar una tasa de usura que intente proteger a los consumidores de cobros excesivos puede más bien tener el efecto indeseado de excluir del crédito formal a las personas más riesgosas.

Los resultados negativos de los indicadores relacionados con el consumo privado, como las ventas de vehículos y electrodomésticos, las importaciones de bienes para el consumo, y la confianza del consumidor significan que, por el momento, no existen señales claras de que haya iniciado una recuperación.

“En el mejor de los casos, el gasto de los hogares podría apenas empezar a estabilizarse”, dicen en el reporte.

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El deterioro en el consumo lleva alrededor de dos años y medio, por lo que no es una situación reciente ni explicada por factores meramente coyunturales, aunque las huelgas en contra de la reforma fiscal aumentaron la incertidumbre.

Además, la complicada situación fiscal sería un freno para una potencial recuperación, al no permitir que el impulso venga vía gasto público.