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COLUMNISTAS


Nicaragua y el Covid-19

Emilio Bruce [email protected] | Viernes 27 marzo, 2020


Sinceramente


Hemos observado con total incredulidad las fiestas, las concentraciones, los desfiles callejeros y reuniones diversas del Frente Sandinista de Liberación Nacional en el territorio nicaragüense. En varias regiones esa agrupación ha estado promoviendo actos de masas en estos momentos cuando el posible contagio con el Coronavirus es potencialmente destructivo para la población de aquel país.

Tales actividades, reuniones y actos de masas han sido desalentadas por la Organización Mundial de la Salud y por los países que han sufrido esta pandemia. Estas reiteradas prácticas del Frente Sandinista son calificadas cuando menos de imprudentes por la comunidad internacional en el combate contra la pandemia que aflige al planeta. Las actividades permitidas por el Gobierno de Nicaragua en su territorio podrían resultar en un agravamiento de la pandemia en su país donde el sistema de salud es muy débil.

Pruebas de contagio aparentemente no se están haciendo en el vecino país. Las personas no saben qué hacer cuando los síntomas comienzan a aparecer en su población. Con pocos hospitales y aún menos unidades de cuidado intensivo y respiradores disponibles, si el contagio es abundante y el crecimiento de la enfermedad es acelerado, el sistema de salud de Nicaragua colapsará muy rápidamente.

Pareciera que ese país y sus autoridades creen con firmeza en una presunta medicina milagrosa producto de la “ciencia y tecnología” cubanas - el interferón - que les salvará de las consecuencias del coronavirus. En Cuba ya hay personas con el coronavirus e incluso algún muerto.

Esta situación comienza a generar angustias y preocupaciones serias en las zonas limítrofes de Costa Rica con Nicaragua. Esta situación de abierto desdén por las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias del mundo está generando una preocupación creciente dentro de la población costarricense donde bien es sabido que viven miles, casi un millón de nicaragüenses. Los costarricenses han percibido esta actuación del gobierno y del pueblo nicaragüense como un potencial foco de creciente infección y transmisión del virus para los costarricenses.

Mi buen amigo don Frank Ruffino ha llegado a sugerir que un hospital de campaña separado de los hospitales de la caja se abra en la región del norte de Guanacaste para atender y evitar que enfermos nicaragüenses se internen en el país aumentando el riego y el contagio para los costarricenses. Muchas personas en redes han estado sugiriendo el inmediato cierre de la frontera norte y algunos incluso el despliegue de la Fuerza Pública armada para evitar la entrada de ilegales por los trillos de la selva.

Pronto vendrá la Semana Santa y es conocida la tradición de los nicaragüenses residentes en nuestro país de tomar vacaciones en el suyo y visitar a sus familias allá radicadas. De todos es sabido que ellos van a ciudades y pueblos a lo ancho y largo del país vecino. Bien sabemos que allí pasan unos cuantos días y luego regresan. El regreso es particularmente complejo sobre todo de ese país donde el control sanitario es cuestionado y es débil.

Creo que hay que hablar y persuadir, educar y hacer ver a los nicaragüenses que viven entre nosotros del peligro de ir e infectarse y regresar con coronavirus e infectarnos a todos. Hay que conversar y aconsejar a todos los que conocemos y conviven entre para que desistan de tomar vacaciones en Nicaragua.

No en xenofobia, no en agresión sino en hermandad y en humanidad debemos acercarnos a los nicaragüenses y evitar que sus decisiones nos afecten a todos.

No hay tiempo que perder. Esta labor de persuasión se verá fortalecida por las disposiciones de migración del Gobierno de la República que establecieron que los extranjeros en el país que salgan a partir del martes 24 de marzo perderán su condición migratoria. Esta medida es general para todos los extranjeros en Costa Rica, pero incluye claro está a los nicaragüenses que salgan del país.

La persuasión y la información deben de ser abundantes y oportunas. Para mañana es tarde. Debemos proteger a los hermanos y por supuesto a todos nuestros conciudadanos de esta pandemia.

Emilio R Bruce Profesor


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