La fila hacia el poder
Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 26 mayo, 2008

Claudia Barrionuevo

Todo empezó con el triste e histórico memorando Casas-Sánchez. La publicación del documento provocó la defenestración del primer delfín de los Arias, Kevin Casas. Fernando Sánchez, en cambio, logró mantenerse en su puesto de diputado con un bajo perfil al principio –mientras duraba la tormenta– y poco a poco ha ido saliendo a la palestra pública. Es posible que aún esté entre sus planes recibir algún día la preciada cinta con los colores patrios.
Después de ese temporal y –tal vez– viendo el horizonte un poco más despejado, don Antonio Alvarez, fresco y joven como siempre, regresó a las filas del único partido grande y organizado que existe en la actualidad en nuestro país, el PLN, sin descartar el sueño de convertirse en el heredero de la silla presidencial. Aunque el actual Gobierno nombró en puestos importantes a tres compañeros del difunto partido Unión para el Cambio, el hermano menor de los Arias no manifestó ningún entusiasmo ante el sueño de don Antonio.
Desde la caída de Casas se decía que doña Laura Chinchilla era la favorita para continuar el legado de don Oscar.
No sé si don Fernando Zumbado, ministro de Vivienda, tenía intenciones de ser ungido por los hermanos gobernantes. Algunos de sus enemigos, aparentemente lo creyeron así y lo acusaron de utilizar su trabajo –entregando casas– para hacer campaña entre los más desposeídos. El lo negó enfáticamente y afirmó apoyar a doña Laura.
El escandalito que rodeó al –llamado por algunos¬– ministro de los pobres, obligó a adelantar la información sobre la nueva delfina, quien no negó ni afirmó sus aspiraciones presidenciales.
En las actuales circunstancias, con una única vicepresidenta que posiblemente renuncie en los próximos meses, Antonio Pacheco, máxima autoridad de Cuesta de Moras, ocuparía el puesto de doña Laura y Maureen Ballestero el del señor Pacheco.
Doña Maureen no será la primera presidenta de la Asamblea Legislativa, Rose Marie Karpinsky tuvo el honor de colocar la banda presidencial a don Oscar en su primera presidencia. Sin embargo doña Rose Marie no fue la primera candidata a ocupar este lugar. Recordemos el famoso Mayo negro cuando doña Matilde Marín de Soto fue traicionada por los miembros de su propio partido liderados por un señor que mora en una humilde vivienda en Zapote. Pero esa es otra historia.
Da la impresión que don Johnny Araya considera que ya le llegó el momento y ha empezado a recorrer caminos lejanos a los límites del Cantón Central. Sus obras son tangibles y es muy conocido en los distritos josefinos. Habrá que ver cuánta aceptación tiene en el resto del país.
Hasta ahora –aparte de manifestar el deseo de que una mujer asuma la Presidencia de la República– don Oscar Arias no ha dicho gran cosa. Y al parecer permanecerá mudo. Por lo menos cuatro semanas más.
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