Cáncer de próstata es el más mortal en hombres costarricenses por falta de chequeos médicos a tiempo

La falta de controles periódicos en salud, que permitan detectar anomalías o lesiones tempranas y con ello hacer un abordaje curativo y no paliativo, hacen que hoy en día en Costa Rica el cáncer de próstata se posicione como el más mortal en la población masculina.

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De hecho, en el 2021, 468 hombres fallecieron producto de esta patología, de acuerdo con datos de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, basados en la información recopilada por el Instituto de Estadística y Censo (INEC)}.

Guanacaste es la provincia con la mayor tasa de mortalidad, llegando a 25 decesos por cada 100 mil hombres, seguida de Puntarenas con 21 fallecimientos y Alajuela con 18, también por cada 100, detalla la información.

Hay diferentes patologías que afectan a la próstata, clasificadas en benignas y malignas. Las primeras hacen referencia a condiciones como la hiperplasia prostática benigna, que es un crecimiento normal de esta glándula y que va a iniciar desde los 45 años en adelante, también están las prostatitis, que se originan por infección o inflamación y las segundas, las malignas, que están asociadas al cáncer; por lo que, ante todos los escenarios antes descritos, solo con un control periódico se pueden detectar y determinar las formas de abordaje.

“Uno de los principales desafíos en la lucha contra el cáncer de próstata es la falta de conciencia y educación sobre la importancia de los exámenes regulares de detección. Es necesario que los hombres comprendan la relevancia de someterse a pruebas como el antígeno prostático específico y el examen rectal digital a partir de cierta edad, generalmente los 50 años, o incluso antes, a los 45, si existen factores de riesgo, como antecedentes familiares”, explicó Natalia Vargas, especialista en urología del Hospital Metropolitano.

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No obstante, es importante recalcar que una prueba de antígeno prostático en sangre no sustituye al tacto rectal, ya que estudios señalan que un 20% de estos no marcan la presencia de tumores y solo lo hacen cuando están avanzados, por lo que es solo un valor referencial para el médico.

“Existen muchos mitos sobre el tamizaje rectal, pero esta es la forma más sencilla y rápida de detección, que nos permite como médicos palpar la superficie de la glándula de la próstata para detectar masas sospechosas, texturas anormales o durezas que pueden indicar la presencia del cáncer”, detalló la uróloga, quien describe a este como silencioso pero letal.

Aunque en un estadio temprano, no existen síntomas que alerten sobre su presencia, dentro de los más comunes están sangre en la orina o en el semen y disfunción eréctil, dolores de espalda, caderas, tórax; se suman adormecimiento en los pies, dolor de huesos, pérdida de peso sin justificación; también dificultad para orinar, flujo débil o deseos repentinos de orinar.

“Es importante que los caballeros comprendan la importancia de un abordaje integral, ya que la visita a un urólogo no solo se limita al tacto rectal, como especialistas analizamos su historial clínico, realizamos un examen físico al paciente, también revisamos los testículos y el pene y hacemos un ultrasonido para ver los riñones, la vejiga y la misma próstata”, detalló Vargas.

En cuanto a tratamientos o abordajes las opciones varían según la etapa en la que se detecte el cáncer. En etapas tempranas, la cirugía y la radioterapia suelen ser eficaces. No obstante, en etapas avanzadas, pueden requerir terapias hormonales, quimioterapia o inmunoterapia.

Sobre factores de riesgo que puedan aumentar su incidencia, además de los hereditarios, se encuentran la obesidad, malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, hipertensión arterial, diabetes y tabaquismo.

Se estima que en 2020 se diagnosticaron aproximadamente 1.4 millones de casos nuevos de cáncer de próstata en todo el mundo, y más de 375 mil hombres fallecieron a causa de esta enfermedad.