Violencia de género registra peligroso repunte

La violencia de género registra este año un peligroso repunte tanto en la muerte de mujeres como en las llamadas de auxilio por parte de las víctimas.

En los primeros ocho meses de 2020 se reportaron cuatro muertes de mujeres más por causas violentas con relación a lo registrado de todo el año anterior.

Además, las consultas a la línea 9-1-1 por violencia intrafamiliar y delitos sexuales subieron casi un 15%, comparando los ocho primeros meses de cada año.

Sólo en lo que va del año, han fallecido 53 mujeres de forma violenta, mientras que en todo 2019 la cifra cerró en 49.

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Por su parte, de enero a agosto se registraron 916 consultas más sobre violencia intrafamiliar y delitos sexuales a la línea de emergencias con respecto a igual periodo de 2019, al pasar de 6.048 a 6.964.

Si bien este reporte incluye a todos los miembros del núcleo familiar, las autoridades alertan sobre el aumento de casos de violencia contra las mujeres.

El confinamiento de la familia por las medidas sanitarias para evitar la propagación de la Covid-19, podría estar incidiendo en el auge del problema, advierten especialistas.

Y, al mismo tiempo, esta condición de encierro estaría impidiendo que se presenten más denuncias debido al mayor control que ejerce la persona agresora sobre la víctima.

“Los agresores las están aislando de sus círculos de confianza y de sus grupos de apoyo, y al estar en casa con ellos, es menos probable que las mujeres tengan la seguridad para denunciar”, alertó Marcela Arroyave, abogada del área de Violencia de Género del Instituto Nacional de las Mujeres.

Los efectos sociales y económicos generados por la crisis sanitaria, son factores que también estarían relacionados con el aumento de la violencia, a criterio de Patricia Mora, ministra de la Condición de la Mujer.

“Hay una necesidad generalizada, empobrecimiento y desigualdad que dispara los indicadores de violencia contra las mujeres que, de paso, también padecemos todas las necesidades provocadas por la pandemia, como el desempleo, la enfermedad y el hambre”, explicó Mora.

El caso de Allison Bonilla, la joven de Paraíso de Cartago desaparecida desde hace seis meses, es uno de los que ha conmocionado al país este año, no solo por el tiempo que ha transcurrido, sino también por la confesión del principal sospechoso sobre lo que le habría hecho.

“Que el presunto asesino de Allison dijera que la tiró a un basurero, sin duda es una expresión monstruosa de la lógica de un sistema machista”, declaró Mora sobre el caso.

Para tratar de revertir la situación, surgieron varias propuestas desde la corriente legislativa para endurecer las penas contra los feminicidios y ampliar el concepto de este delito.

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Una de ellas es de Restauración Nacional, para que la pena pase de 35 a 50 años de cárcel.

En tanto, la fracción oficialista plantea la figura de feminicidio ampliado en el Código Penal.

Esto es llevar el concepto más allá de violencia familiar hacia todo crimen violento de una mujer, que abarque a un atacante sexual, cliente sexual, amante, hermano, hijo, padre, concuño, exconcuño, yerno, exyerno, hijastro, nieto, padrastro, primo, tío, secuestrador, conocido cercano o, incluso, por alguien con la que no se tiene ninguna relación.

Otra acción en favor de reducir los feminicidios es que se incorporen protocolos para la desaparición de mujeres en el OIJ, agregó Arroyave.