Una propuesta para los candidatos presidenciales con el fin de salvar social y económicamente a la ciudad de Puntarenas

Ricardo Trujillo Molina MScEE

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Es una verdadera tristeza y vergüenza nacional el deterioro de toda índole que se vive en Puntarenas. Y mas vergonzante es el hecho de que sus habitantes siempre le confían sus votos al candidato que mejor futuro les ofrece, para luego ser totalmente abandonados a su suerte.

Es por lo anterior que me permito esbozar una propuesta de salvación, de rápida y factible ejecución, para todos los habitantes del puerto y de su quehacer económico, ante la violencia, abandono y falta de trabajo de la que sufren.

REDUCCION INMEDIATA al precio de la energía eléctrica que requieren

Es verdaderamente inconcebible que, a las familias y negocios del puerto, con uno de los niveles de radiación solar mas altos del planeta, se les impida, se les complique y se les encarezca el aprovechamiento de esa energía gratis.

Con solo permitirles el uso irrestricto de esa energía durante las horas del día, el puerto pagara la mitad de lo que ahora le paga al ICE por la energía generada en el complejo ARDESA a 100 Kms de distancia.

La generación eléctrica solar distribuida es la solución de carácter económico para toda una ciudad que requiere del enorme consumo de electricidad para los motocompresores de los aires acondicionados que ya están instalados y podrían instalarse a futuro para hacer agradable su labor diaria y bienestar hogareño.

Esa reducción en el pago de la energía será un gran alivio económico para los bolsillos de los habitantes de la península y podrá invertirse o gastarse en otras áreas productivas o de bienestar.

Miles de plantas solares distribuidas podrían instalarse sobre los techos de las viviendas en el puerto, con financiamiento propio o con el que podría brindarles una agencia de gobierno. Incluso el ICE podría ser esa fuente de financiamiento cuando este bajo una dirección al servicio de sus abonados y. no de sus empleados.

DECLARATORIA PUERTO ZONA LIBRE de impuestos

Es un verdadero sinsentido que ya no exista una flota pesquera nacional fondeada en ese puerto y que todo ese quehacer haya sido sustituido por la importación tanto de mariscos como de pescado. He presenciado como se descargan camiones cargados con pescado congelado proveniente de Indonesia, Vietnam y china en los almacenes de distribución en el puerto.

Las aguas calmas del golfo de Nicoya serian un verdadero atractivo de descanso y descarga para los grandes barcos pesqueros que faenan a pocos kilómetros de nuestras costas. Millones de toneladas de productos del mar pasan a diario frente a las costas sin que podamos aprovechar esa riqueza alimenticia a bajo costo. Preferimos que el pesquero retorne a sus países a 8,000 km de distancia para luego procesar y congelar el pescado, algo que perfectamente y con gran experiencia se viene haciendo en el puerto y en sus industrias.

Todo lo que se requiere de ayuda gubernamental es la declaratoria de zona libre para el comercio de los productos del mar para el puerto, tal y como ya lo disfruta el sureño puerto de Golfito. Es preferible que nuestro gobierno deje de recibir impuestos por ese comercio, que verse obligado a brindar un caro servicio para la seguridad ciudadana, para la impartición de justicia, y para la salud para una población sometida a la violencia e inseguridad a manos de los delincuentes y traficantes ilegales, y del flagelo del desempleo.

REDESTINO INMEDIATO DE LOS IMPUESTOS

Los impuestos que ahora se pagan por los servicios turísticos y de comercio en general, bien podrían compartirse entre el gobierno central y los pobladores que genera dicho tributo para su inmediato bienestar.

Es ilógico y además contraproducente que un porcentaje de la riqueza que produce la poca actividad económica que todavía mantiene el puerto, el famoso 13% del iva por ejemplo, termine en las arcas del ministerio de hacienda aquí en san jose para pagar solarios de sus miles de empleados y para amortizar una deuda por prestamos que nunca beneficiaron a la península portuaria y menos a sus habitantes.

El puerto de Puntarenas merece toda la solidaridad del resto del país en estos momentos. Darles una oportunidad de respiro económico para su rescate y para aliviar su pobreza es una obligación nacional. No es moral que los empleados de gobierno vivan a todo dar en sus residenciales de Heredia, mientras los pobladores del puerto se calcinen y sufran de desempleo en aquella rica zona en pesca turismo y energía.

Si del 13% del iva, se destinase por lo menos un 8% para el gasto de salud, vivienda, educación y energía de manera directa, en menos de un ano, se habría reactivado la economía de esa potencialmente rica zona del país. Ese 8% actualmente sirve para pagar gastos de personal burocráticos y de la deuda del gobierno.

Dejo abierta a discusión la propuesta anterior con el fin de que pueda ser ampliada o descartada. Nada pierdo en proponerle a un candidato presidencial que aproveche los votos de esa provincia para su gane electoral, como todos los anteriores lo hicieron.