Rebaja en tasas de interés y Coronavirus excluirían a miles de personas del crédito

La experiencia internacional ha demostrado que la aplicación de un tope a las tasas de interés de tarjetas de crédito y empréstitos, han producido efectos de exclusión financiera que afectan precisamente a quienes se busca proteger, según Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central.

La advertencia se da a pocos días de que el Congreso apruebe en primer debate un proyecto de ley, cuyo objetivo es frenar la usura.

Y es que en momentos en que miles de personas han sufrido económicamente los efectos del Coronavirus -por la reducción de la jornada laboral o el congelamiento de sus plazas de trabajo-, el recorte de las tasas de interés, significaría una mayor exclusión.

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“La exclusión se debe a que los sectores de la población menos favorecidos tienden a ser deudores cuyos créditos resultan más costosos por cada colón prestado para las entidades financieras. En particular, el costo operativo por colón prestado es mayor cuanto menor sea el monto y menor sea el plazo del crédito. Por su parte, la pérdida esperada de una operación de crédito, que es también un determinante fundamental de la tasa de interés que acarreará esa operación, es más alta cuanto peor o más corto sea el historial crediticio del deudor”, dijo Cubero en una nota enviada al Congreso sobre el proyecto de ley en discusión.

De aprobarse la ley, las tarjetas de crédito y los préstamos por encima de ¢675 mil tendrían como límite una tasa de usura de 39%, mientras que en el caso de los dólares será de 31,3%.

La iniciativa implicaría una reducción en la tasa máxima que se cobra hoy día de 16 puntos porcentuales para las compras con tarjetas de crédito en colones.

Hoy día, los costarricenses acumulan más de ¢1,4 billones en deudas por las tarjetas de crédito con tasas en promedio por encima del 45%, según el Ministerio de Economía.

La iniciativa ha sido motivo de una intensa polémica por la supuesta exclusión del crédito formal para los deudores con menos ingresos.

“Estamos en una coyuntura donde mucha gente ha perdido el trabajo, donde ha habido gente que trabaja menos horas, convirtiéndolos en sujetos de mayor riesgo para créditos. En estos momentos poner un tope a las tasas de interés es nefasto, es atentar contra la posibilidad de crédito de las personas más desposeídas, no estamos defendiendo al sector bancario, estamos velando porque los sectores más vulnerables no sean afectados por una regulación de precios que genera exclusión”, dijo Erick Rodríguez, diputado independiente que se opone al proyecto.

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Sin embargo, sus defensores sostienen que se trata de una iniciativa de justicia social que ayudaría a miles de familias endeudadas, aunque sus efectos solo se aplicarían para las nuevas compras o empréstitos, ya que los gastos hechos con anterioridad a la aprobación de la ley, se seguirían calculando con las tasas vigentes de hasta 55% en algunos casos.

La tasa acordada por los diputados para créditos de consumo y tarjetas de crédito, es menor a la que sugirieron en su momento el Banco Central con un 57% y la Sugef con un 45%.

“En Costa Rica hay algunos que siguen queriendo aprovecharse de la calamidad de miles de costarricenses capitalizando sus deudas a tasas de interés todavía excesivas. Todas las tasas de interés deben bajar en Costa Rica y más aún, en este momento, cuando la gente necesita créditos con tasas de interés justas que les permita sobrevivir y salir adelante”, dijo Welmer Ramos, diputado del PAC.