Permisos sin goce salarial y doble jornada: Análisis del fútbol femenino

FIFPRO publicó la investigación acerca de la fase clasificatoria de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023, junto con una encuesta pionera realizada a cientos de jugadoras de selecciones nacionales de cada una de las seis confederaciones de fútbol.

El informe subraya la naturaleza fragmentada de la clasificación, destacando vías y condiciones sumamente diferentes para las jugadoras que compiten al máximo nivel en sus Confederaciones y que rivalizan para clasificarse en la Copa Mundial de la FIFA.

Lea más: Dos horas a caballo y siete en bus para jugar un partido, conozca las anécdotas del fútbol femenino

En base a los hallazgos, FIFPRO insta a un proceso de clasificación único, que proporcione a las mejores jugadoras del mundo más oportunidades de jugar y de alcanzar su pleno potencial.

Asimismo, FIFPRO insta a todas las confederaciones a implementar, bajo la orientación de la FIFA, un estándar único y universal de clasificación, y una estructura que garantice una ruta más segura hacia las competiciones internacionales de élite.

"Debemos asegurarnos de que el marco del juego se asiente en una sólida base y promueva la igualdad, la justicia y las mejores prácticas para las jugadoras, con independencia de dónde compitan", afirma David Aganzo, presidente de FIFPRO.

Lea más: Decepción: El sueño de clasificar al Mundial Femenino Sub 20 desapareció

"Para que la Copa Mundial Femenina de la FIFA sea verdaderamente un evento global de élite, la clasificación debe también alcanzar el estándar de élite. Seguimos tremendamente entusiasmados acerca del potencial del fútbol femenino, pero es vital proporcionar a las futbolistas de todo el mundo condiciones y oportunidades que les faciliten la mejor plataforma en el escenario mundial, de manera que ellas y el juego florezcan en todas partes".

Tan solo una confederación, la UEFA, proporcionó un proceso de clasificación aparte; las otras cinco recurrieron a los campeonatos de Confederación, que sirvieron como vía de clasificación para la Copa Mundial y, en el caso de Concacaf y CONMEBOL, sirvieron también como clasificatorios para los Juegos Olímpicos de 2024.

La investigación destaca que se necesitan mejoras en todas las regiones y en todos los aspectos, desde la salud a la recuperación, y desde las condiciones de entrenamiento a la compensación.

En la clasificación de la UEFA, hubo 12 partidos en casa y fuera. Las demás confederaciones accedieron a la Copa Mundial Femenina 2023 mediante la Copa Asiática Femenina de la AFC, la Copa Africana de Naciones Femenina, el Campeonato Femenino de la Concacaf, la Copa América Femenina, y la Copa de Naciones Femenina de la OFC.

Algunos equipos nacionales se clasificaron directamente, y otros entraron en la primera ronda clasificatoria entre confederaciones de la historia.

Las vías de clasificación para la Copa Mundial fueron "desiguales y dispares", con “numerosas inconsistencias en la programación, la duración, el formato y las condiciones entre torneos”, indica el informe.

Para complementar la investigación basada en los hechos, FIFPRO solicitó a las futbolistas que calificaran sus experiencias del proceso de clasificación durante los últimos 18 meses y les preguntó hasta qué punto requerían mejora ámbitos como la salud y la seguridad, la programación o las condiciones de juego.

Doble jornada laboral

Una de las relevaciones más importantes e impactantes, es el hecho de que el fútbol femenino sigue sin ser profesional en la mayor parte del mundo.

Esto porque el 66% de ellas tuvo que solicitar permiso en su trabajo para participar de los partidos o torneos eliminatorios.

“Ello obliga a las jugadoras a tener que decidir entre competir para su selección nacional o mantener el segundo empleo y otra fuente de ingresos. Una elección que ninguna jugadora tendría que realizar”, dice FIFPRO.

Las mismas jugadoras no se consideran profesionales; es decir, que se dedican solamente al fútbol y viven de ello.

Entre las que estuvieron en las eliminatorias, solo el 40% se considera futbolista profesional; el 35% cree que es aficionada y el 16% semiprofesional.

Otro punto relevante es que el 29% de las jugadoras dijo no recibir ningún pago por parte de su selección.