Randall Row, trabajó cuatro años para lograr el ascenso
Gaetano Pandolfo [email protected] | Jueves 25 junio, 2020
Observé los cuatro partidos que disputaron Juventud Escazuceña y Sporting en procura del ascenso a la primera división, honor ganado finalmente por los discípulos de Randall Row.
Me llamó la atención, sobre todo en el último y decisivo encuentro, un detalle que no sé cómo calificarlo: positivo o negativo.
¡La falta de sangre en los dos equipos!
Y no me refiero a la sangre del circo romano, sino la que calienta en los cuerpos de los atletas a la hora del máximo evento, de la prueba cumbre, de la hora decisiva y determinante.
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En los cuatro partidos, sentí la sensación de que se estaban enfrentando un grupo de amigos de barrio, que nada definían. No transmitieron la sensación de que se estaban jugando la temporada y que los juegos eran vitales.
Este detalle suma una parte positiva; fue agradable ver en el terreno de juego a futbolistas de juego limpio, cero marrullerías, cero “estrellitas”, cero malacrianzas o reproches al silbatero. Si un rival caía en una acción fuerte, su “enemigo” lo levantaba y fueron comunes y corrientes en el desarrollo del juego, los signos y ademanes de amistad entre jugadores de los dos equipos.
Todo esto es bueno, la decencia, la camaradería, el buen comportamiento de los jugadores y sus respectivos técnicos, pero en el buen sentido del término, a la final por el ascenso le faltó pasión, sangre, ambición.
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Un golazo de tiro libre de Miguel Marín definió el ascenso; sí, de Miguel Marín, el veterano futbolista quien como capitán de Limón hace un par de temporadas, le dio brillo a la campaña con anotaciones similares a esta. Es su fuerte, es un artista en la ejecución de este tipo de remates.
Una falta tonta, infantil e innecesaria del zaguero Kishnner López a Jaime Valderramos, provocó la sanción y Miguel, recién ingresado al campo, depositó la pelota en los cordeles del buen arquero Minor Álvarez.
Sporting asciende a la primera división y ya veremos cómo Randall Row, el futbolista preferido de Héctor “Pichón” Núñez en la Selección Nacional del 94, rearma su nómina.
Escazuceña, aparte del portero Álvarez, fuerte candidato a defender la valla de un equipo de primera división, presentó figuras, algunas que ya pasaron por la máxima categoría, pero que merecen una nueva oportunidad: Barahona, Quirós, Castañeda, Montenegro y el ariete Reiby Smith, potente de pierna y cabeza. Esperemos qué dictará el mercado de piernas.
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