Japdeva se enfoca en completar recorte de 900 plazas
Danny Canales [email protected] | Viernes 12 noviembre, 2021 12:11 p. m.
El “plan rescate” que tiene en marcha Japdeva, tiene como uno de sus objetivos medulares recortar 900 plazas.
La meta es pasar de 1.200 a 300 trabajadores, como parte de una reorganización laboral que inició en 2019.
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Se trata de una medida extrema que procura reducir el impacto que genera la planilla a las finanzas de la entidad portuaria, para tratar de sacarla de la peor crisis económica de su historia.
Hasta ahora se han recortado 700 puestos, pero, para completar las otras 200, es necesario la aprobación final de un presupuesto extraordinario por ¢6 mil millones para Japdeva.
Este plan de gasto incluye ¢2 mil millones para liquidar, pagar las responsabilidades sociales y el bono que se le brindará a quienes accedan a dejar la institución.
Reducir el impacto de la planilla en las finanzas de Japdeva es el primer paso del “plan de rescate”, una iniciativa del gobierno con el que se procura volverla a poner a flote.
Los salarios, las cargas sociales, el impacto de la convención colectiva y demás erogaciones a los funcionarios consumían, ¢65 de cada ¢100 que recibía la institución, detalló Andrea Centeno, presidenta ejecutiva de Japdeva.
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Esto le impedía invertir en programas que le permitiera abrir oportunidades de negocio.
Con el cese de plazas que se lleva hasta ahora, el impacto en remuneraciones cayó un 54% con relación a 2018, el año previo al inicio del plan rescate, adelantó Centeno.
Con una Japdeva más liviana, el siguiente paso es buscar nuevas oportunidades de negocio.
Actualmente se enfoca convertirse en un actor del mercado granelero y hacer crecer la exportación en tarimas, para ampliar sus actividades e ingresos.
Además, gestiona estudios para transformar los puertos del centro de Limón en una terminal especializada en cruceros y yates y desarrollar algunos predios como una zona industrial.
La crisis de Japdeva tiene su origen en la alta carga de su planilla, pero se disparó con la entrada en operación de la Terminal de Contenedores de Moín, que absorbió la industria contenerizada, lo cual generaba más del 80% de los ingresos de la entidad estatal.
