Desempleo a Doble Digito: Vuelven las alarmas

Daniel Suchar Zomer, PhD

Analista Financiero. Profesor Universitario

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Costa Rica nuevamente evidencia la fatídica cifra de Desempleo en doble digito. La última lectura del mes de Mayo 2023, coloca al país con un 10,1% de desempleados, que lejos de seguir con la inercia de mejoría, revierte la excelente tendencia que mostraba meses atrás.

Esto no es nuevo (ni sorprendente) para el ciudadano común ni mucho menos, para los analistas que llevan el termómetro de las personas que no “bretean” o no logran conseguir un “brete” en el país. En la última década, Costa Rica ha enfrentado un creciente desempleo estructural que ha afectado a diversas comunidades en todo el país. No es por nada, mantener un promedio entre de desempleo abierto entre 8,5% y el 10% en los últimos 15 años.

Si bien se han realizado esfuerzos para abordar esta problemática, es evidente que la falta de programas destinados a generar empleos en zonas rurales ha sido una de las principales limitantes. Acá, los niveles de desempleo aumentan por encima de aquellos indicadores, colocando a la región Chorotega cerca del 14,7%, seguida de la región Brunca con 13,3%. Huetar Norte (12,2%) y Pacífico Central (11,7%) en el mismo periodo de evaluación.

Además, existe una preocupante discrepancia entre la oferta educativa y las demandas laborales en las empresas de zonas francas (estas crecen según el IMAE de Abril 2023 a un ritmo del +21,1%), donde se observa un mayor crecimiento económico y de puestos de trabajo, pero que no se llenan tan fácilmente por la escasez de dichos profesionales en esas áreas.

La falta de programas para generar puestos de trabajo en zonas rurales ha dejado a estas comunidades en una situación de desventaja. La concentración de oportunidades laborales en áreas urbanas ha contribuido al éxodo rural y ha generado una creciente desigualdad socioeconómica.

Para contrarrestar esta situación, se requiere una estrategia integral que promueva la inversión y el desarrollo económico en las zonas rurales. Esto implica fomentar la creación de Zonas Francas fuera de la GAM como de pequeñas y medianas empresas en sectores como la agricultura, el turismo rural y la producción artesanal, brindando apoyo financiero y capacitación técnica a los emprendedores locales. El plan presentado por PROCOMER y COMEX hacer unas semanas atrás, va por esa vía, pero conlleva ayuda de todos para materializarlos a la brevedad posible.

Por otro lado, la discrepancia entre la educación y las ofertas laborales en las empresas de zonas francas representa un desafío importante. A pesar del crecimiento económico y la generación de empleos en estas áreas, existe una brecha entre los perfiles académicos de los graduados en carreras STEM (Por sus siglas en inglés: Ciencias, Tecnología, Matemática e Ingeniería) y las habilidades requeridas por las empresas. Aquí la rapidez en aprobar nuevas carreras universitarias que el CONESUP hoy no lo logra hacer, debe estar por encima de la burocracia que reina dentro de dicha institución.

Es necesario fortalecer la relación entre las instituciones educativas y el sector empresarial, a través de alianzas estratégicas y programas de formación dual que combinen la teoría con la práctica. Justamente hace un par de años, la discusión por la Educación Dual polarizaba al país cuando es la receta clave de la mejora del Desempleo en Costa Rica (Irónico no?).

Y no se puede olvidar de la competitividad con el mundo exterior. La Tasa de Política Monetaria cercana al 7% y cuando se tiene una inflación al -1,04% (Lectura de Junio 2023), que deriva en un Colon Costarricense muy apreciado frente a sus competidores de la región (hasta un +35% de diferencia) deja al país fuera del radar por temas de Tipo de Cambio. Esto es parte del problema y no de la solución del Desempleo.

De lo anterior, se debe sumar la diversificación económica para fomentar la heterogeneidad de la economía, impulsando sectores como la tecnología, las energías renovables y los servicios digitales. Esto permitirá la creación de empleos de calidad y reducirá la dependencia de sectores tradicionales que tanto los “millenials” desean apartarse.

Nada nuevo es pensar en la inversión en infraestructuras adecuadas, como carreteras, servicios básicos y telecomunicaciones, en zonas rurales y regiones menos desarrolladas, favorecerá la atracción de inversiones y la generación de empleo local.

Y por supuesto, el estímulo al emprendimiento a través de la Banca de Desarrollo que, en ciertos momentos, “brilla por su ausencia” en estos temas de reactivación. Fomentar el espíritu emprendedor y brindar apoyo financiero a tasas de crédito blandos (Tasa Básica Pasiva y nada más) y asesoramiento a los emprendedores, especialmente en zonas rurales, impulsará la creación de nuevas empresas y generará empleos locales y encadenamientos en dichas zonas mas vulnerables.

El desempleo estructural prende una vez más las alarmas en Costa Rica, representando un desafío de atención integral. Es responsabilidad de todos los actores involucrados, incluyendo al gobierno, el sector empresarial y la sociedad civil, trabajar en conjunto para lograr un cambio positivo y duradero en la situación del desempleo en Costa Rica.