Alta conectividad, vital para el desarrollo en tiempos post pandemia

La pandemia puso a prueba la capacidad de la red de banda ancha del país para atender un tráfico de datos y comunicaciones sin precedentes.

De la noche a la mañana el confinamiento para evitar la propagación de la covid-19, llevó a la población a necesitar de conexiones de Internet de alta velocidad para trabajar, estudiar, entretenerse, comprar, pagar servicios y hasta conversar con familiares y amigos desde su hogar, debido al gran desafío de mantener al país en funcionamiento en tiempos de crisis.

Lea más: Experto de UNESCO expondrá sobre conectividad como derecho humano

Esa necesidad se vio reflejada en el aumento de la demanda de Internet por fibra óptica en los hogares; al pasar de 111 mil hogares conectados en julio de 2019, a casi 143 mil en el mismo mes de 2020, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

Y aunque en términos generales podría decirse que los esfuerzos realizados por los actores involucrados en el sector de telecomunicaciones desde la apertura del mercado, permitieron pasar la prueba, con una que otra queja, también quedaron en evidencia algunos problemas que se deben atender.

Cerrar la brecha digital de manera que todo el país pueda disfrutar de fibra óptica, así como eliminar las barreras que impiden a los habitantes de algunas regiones aprovechar los beneficios de la apertura de las telecomunicaciones, es básico para el desarrollo social y económico de la población.

Y no solo para atender las necesidades actuales sino para ir más allá y aprovechar las nuevas oportunidades y disfrutar de los servicios que reverdecieron a partir de la crisis sanitaria.

Por ejemplo, el esfuerzo para convertir a Costa Rica es un destino mundial para nómadas digitales, pensionados, rentistas e inversionistas implicará robustecer la alta conectividad.

Lea más: Alta Conectividad, herramienta vital para sobrevivir la pandemia por Covid-19

Igualmente se necesitará para atender las nuevas tendencias de entretenimiento con el crecimiento de los servicios de streaming, así como para incentivar la educación remota y trasladarles a todos los estudiantes todos los adelantos que ofrece el Internet como complemento a los programas de estudio.

A criterio de analistas en telecomunicaciones, esto implica un esfuerzo para mejorar la infraestructura civil que permita llevar fibra óptica a todas las regiones, lo cual podría lograrse optimizando el sistema de cableado eléctrico ya existente.

Y es que, aunque existen diversas tecnologías disponibles en el mercado nacional, las conexiones mediante redes de fibra óptica destacan por ser las más estables, ya que permiten obtener las mayores velocidades de conexión, permitiendo conectar cada vez más dispositivos como teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, televisores y parlantes inteligentes entre otros.

Otro reto es permitir la competencia en los residenciales y centros comerciales y de oficinas construidos antes de la apertura de las telecomunicaciones y que fueron previstos para ser atendidos por un solo prestador de los servicios, pues esto los limita a aprovechar la alta gama de servicios, de promociones y de precios que ofrece el mercado.

Las naciones que logren atender las necesidades de alta conectividad surgidas a partir de la pandemia tienen mayor oportunidad de éxito en la era post covid-19.

A Costa Rica se le abre esa gran oportunidad y, de aprovecharla, garantizará un mejor futuro económico y social para su población, por la atracción de más empresas, la creación de nuevos servicios y empleos de calidad y el fortalecimiento de su sistema de educación, entre otros beneficios.