Impacto de la pandemia en las finanzas de la Caja alcanzaría los ¢430 mil millones este año

La aplicación de suspensiones laborales y reducciones de jornada como medida para evitar despidos masivos por causa de la Covid-19, generó un impacto en las finanzas de la Caja.

Para el cierre de este 2020 la afectación podría rondar entre los ¢400 mil millones y ¢430 mil millones, estimó la Gerencia Financiera de la institución.

La cifra varía ya que dependerá de los aportes a las obligaciones que mantiene el Estado con la institución, explicó Luis Diego Calderón, gerente financiero de la Caja.

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No obstante a esta situación, la institución ha logrado un balance en sus finanzas, que le ha permitido no tocar sus reservas.

“Al priorizar la atención de la pandemia y postergar algunas erogaciones, nos ha permitido ser más eficientes en el uso de los recursos, tener un año equilibrado financieramente y mantener nuestras reservas de ₡1,3 billones para las inversiones futuras”, destacó Calderón.

La caída de los ingresos de la Caja se da principalmente por la merma en las cuotas obrero patronales, que representan cerca del 80% de los gastos operativos de la Caja. Al comparar octubre con marzo se reportan 69.632 cotizantes menos.

Esto significa un impacto del Covid-19 en las finanzas de la Caja a noviembre de ¢338.089 millones.

De este monto, ¢206.412 corresponden al Seguro de Enfermedad y Maternidad y ¢131.676 al de Invalidez, Vejez y Muerte.

“Esta disminución en los cotizantes es en su mayoría -cerca del 98%- producto de la disminución del empleo en el sector privado. El salario promedio presentó una disminución cerca de los ¢30 mil”, afirmó Calderón.

En términos generales los ingresos han caído -de abril a noviembre- en un 11%, en promedio.

Sin embargo, en los últimos dos meses se muestra una leve recuperación, con un constante aumento de cotizantes.

Por ejemplo, en setiembre se dio un incremento de 11.666 cotizantes con respecto al mes anterior, mientras que en octubre también en 9.590 personas.

“De alguna manera puede reflejar algún indicio de lo que está sucediendo en la economía, de una leve recuperación”, comentó el gerente Financiero.

Esta mejora también se aprecia en la facturación institucional.

Antes de marzo, el seguro de Salud reportaba una facturación promedio de ¢255 mil millones; para junio, que fue el mes con el nivel más bajo, se redujo a ¢136.912; mientras que para octubre se dio una recuperación al alcanzar los ¢150.733 millones.

Lo mismo ocurre al comparar las cifras del seguro del IVM, que tenía una facturación promedio de ¢80.500 millones; bajó a ¢68.640 millones en junio y subió a ¢78.490 millones en octubre.

En cuanto a las actividades económicas que han disminuido esta facturación por ser las más afectadas por la pandemia, destacan hoteles y restaurantes, con una reducción del 34% en su factura, transportes con -15% e industria, con -13%.

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Medidas como la flexibilización en los acuerdos de pago y la disminución de base mínima contributiva permitieron mantener las contribuciones y el empleo formal en trabajadores asalariados e independientes, considera el gerente.

Sin embargo, tuvo un efecto en la morosidad, ya que incrementó casi un 1% por arriba de la meta para este año.

En el tema de trabajadores independientes surgió un incremento en la morosidad en los primeros meses, luego cuando se aplicaron medidas tuvo tendencia a la baja, y ahora se mantienen en niveles normales, cerca del 35%.