Logo La República

Domingo, 4 de mayo de 2025



COLUMNISTAS


Cazando animaladas

Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 08 octubre, 2012



Cazando animaladas


Hace pocos meses, la fractura de cadera del rey Juan Carlos de España, en medio de un safari para cazar elefantes, recorrió las redes sociales provocando reacciones poco favorables para la Casa Real. Aunque claramente no había incurrido en un acto ilegal (en Botsuana, la cacería de paquidermos es permitida), hacerlo en medio de la peor crisis económica de su reinado resulta imperdonable. De hecho se vio obligado a disculparse.
El asunto es que muchos millonarios del mundo se aburren como ostras y, además, necesitan sentirse poderosos. ¿Y qué mejor manera de experimentar su poder que doblegar a una criatura de mayor tamaño que ellos mismos?
Según la Real Federación Española de Caza, la actividad cinegética moviliza más de €2.200 millones por año. Regulada, la caza no deja de ser para algunos, entre los que me incluyo, un entretenimiento horroroso. Sin embargo, los beneficios económicos pueden ser considerables, sobre todo en economías frágiles o en crisis.
En algunos países de Africa la caza deportiva se ha aliado con grupos conservacionistas para mantener el equilibrio de algunas especies animales y así ayudar a la supervivencia de algunos trabajadores (baquianos, asistentes y otros servidores) y, sin lugar a dudas, a la riqueza de algunos propietarios (hoteleros, agencias de viajes y otros servicios).
En Argentina, sucede algo parecido. Hace más de 100 años, los estancieros que habían obtenido enormes ingresos gracias a que sus antepasados introdujeron animales domésticos foráneos (vacas, ovejas y caballos), decidieron hacer lo mismo: importar especies exógenas pero esta vez con el objetivo de dedicarlas a la caza deportiva. Así llegaron los ciervos colorados, las liebres, el jabalí europeo y otros más que desplazaron a los nativos (como siempre sucede) e invadieron la pampa. La caza, en ese país del Sur, se sustenta en la historia, en la necesidad de erradicación de algunas especies, en la economía de muchos, no solo los poderosos: los pobres de algunas regiones también.
Todo esto es historia, información mundial, no realidad nacional. Seguro que algunas especies animales fueron introducidas en algunas regiones de nuestro país y se han convertido en plaga. Ni eso justifica en Costa Rica la caza deportiva. Existen otras formas de control. Nadie se beneficia económicamente con este “deporte”. No vienen millonarios a cazar especies tan pequeñas como un tepezcuintle, un armadillo, un mono.
¿Entonces? ¿Por qué hay diputados que se oponen a declarar la cacería deportiva como ilegal? Me resulta incomprensible que se opongan a esta iniciativa ciudadana. Y si escucho los discursos en la Asamblea Legislativa, simplemente me da vergüenza ajena.
Con “forro” y el pelo mal repartido, desde su curul un representante del Partido Libertario aseguró: “El hombre es el que hace todo lo malo. Incluyendo a la mujer… hoy se crea el animalicidio, porque el hombre mata al animal”. ¿?
No se me ocurre qué agregar a semejante animalada.

Claudia Barrionuevo
[email protected]

NOTAS ANTERIORES


¿De qué hablo?

Viernes 02 mayo, 2025

Cuando formamos parte de una empresa siempre se está ante el reto de innovar y conquistar nuevos públicos para que, sintiéndose atraídos por las marcas

100 días de Trump 2.0

Jueves 01 mayo, 2025

El pasado 29 de abril se cumplieron los primeros 100 días de la administración del presidente Donald Trump 2.0 con gran cantidad de balances y encuestas sobre l

“Por sus hechos los conoceréis”

Jueves 01 mayo, 2025

La encíclica “Laudato Si”, traducida al español como “Alabado Seas”, tiene para mí una centralidad en la gestión del Pontífice, pues versa sobre el “cuidado de

¿Sabrán cómo, los oferentes?

Miércoles 30 abril, 2025

Imaginar un Airbus 380 con 850 pasajeros costarricenses a bordo listo para viajar a Paris. Falta un piloto – el capitán --y hay varios oferentes incluso algunos







© 2025 Republica Media Group todos los derechos reservados.