Cambio climático. Más sobre la grande y creciente injusticia climática de los países grandes hacia los países pequeños, como Costa Rica
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 16 diciembre, 2024
En la columna anterior, titulada “La injusticia climática: los países grandes causan la mayor parte del cambio climático y los países pequeños, como Costa Rica, reciben el grueso de los impactos”, demostré cómo los países pequeños, muy indefensos ante los crecientes impactos económicos, sociales y ambientales, están sufriendo cada vez más los crecientes efectos del cambio climático.
Lo anterior porque los países grandes, que son los principales emisores de gases de efecto de invernadero (GEI), no asumen su responsabilidad proporcional con la aceleración del cambio climático.
En esta columna se analizarán otros aspectos claves de esta seria y compleja problemática que afecta cada vez más a estos países, incluyendo a Costa Rica.
Aunque el cambio climático es un problema básicamente global, las responsabilidades de los países en crearlo y acelerarlo son diferentes y, por lo tanto, las estrategias nacionales para combatirlo son también diferentes según las características propias de cada país.
Igualmente, los impactos del cambio climático no se sienten por igual en las diferentes regiones del mundo. Se sienten de manera diferente en cada país dependiendo de su ubicación geográfica y de sus características específicas de vulnerabilidad.
Los impactos difieren tanto en magnitud como en el ritmo de cambio en diferentes continentes, países y regiones, de manera que los países ubicados en las zonas donde el cambio climático tiene mayores efectos experimentan impactos más fuertes y adversos.
Costa Rica se encuentra en una de las regiones del mundo más vulnerables al cambio climático.
1. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo y el calentamiento global y el cambio climático se aceleran
El 11 de noviembre del 2024, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó sobre la gravedad de la evolución que está teniendo el cambio climático. Entre otras cosas, señaló lo siguiente:
• El año 2024 va camino a ser el más caliente jamás registrado después de una racha prolongada de temperaturas medias globales mensuales excepcionalmente altas.
• Los últimos 10 años son los más cálidos jamás registrados y el calor del océano aumenta.
• El hielo marino de la Antártida es el segundo más bajo registrado.
• Se está acelerando la pérdida de hielo de los glaciares,
• El nivel del mar y el calentamiento de los océanos continúan aumentando.
• El clima extremo está causando estragos en las comunidades y economías de todo el mundo.
• Los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos están provocando enormes pérdidas económicas y humanas
En esta comunicación, la OMM señaló también lo siguiente:
• La actualización sobre el estado del clima 2024 ha emitido una alerta roja por el ritmo vertiginoso del cambio climático, impulsado por niveles cada vez mayores de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
• El período 2015-2024 será el decenio más cálido jamás registrado.
El Director del GRID-Ginebra del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha señalado también que la velocidad a la que aumentan las temperaturas es alarmante.
2. Injusticia climática en detrimento de los países pequeños que son los menos responsables del cambio climático
En mi columna anterior se analizaron los datos internacionales que claramente indican que son pocos países que tienen grandes economías los que están impulsando cada vez más el cambio climático en detrimento de los países pequeños y más vulnerables.
Actualmente, China, EE. UU., India, Unión Europea y Rusia emiten el 60% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático.
Si a los países anteriores le agregamos a Brasil, Indonesia, Japón, Irán y Arabia Saudita, las emisiones totales suben al 70,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Todos estos grandes países generan en conjunto el 71,5% del PIB mundial.
Mientras que los anteriores países emiten el 70,5% de las emisiones globales de GEI, el resto de los países del mundo, que emiten mucho menos, son los que reciben el mayor impacto del cambio climático sin tener proporcionalmente el mismo grado de responsabilidad.
Es importante señalar igualmente que durante el período 1850-2021, 10 países (EE. UU., China, Indonesia, Rusia, Brasil, Alemania, India, Reino Unido, Japón y Canadá) ya han agregado el 67.7% de los gases de efecto invernadero que se encuentran acumulados actualmente en la atmósfera.
Todas las emisiones se vienen acumulando continuamente en la atmósfera desde hace mucho tiempo y esta acumulación continua es la que está acelerando el cambio climático.
Las nuevas y crecientes emisiones de GEI continuarán aumentando su acumulación en la atmósfera. Esta acumulación actúa como una cobija que se hace cada vez más gruesa, la cual envuelve el planeta Tierra, atrapando cada vez más el calor proveniente del Sol, lo que eleva permanentemente las temperaturas.
Esta acumulación de gases ya existente en la atmósfera es la que está causando actualmente todos los impactos del cambio climático que estamos teniendo.
Todas estas emisiones generadas por los países grandes (las acumuladas a la fecha en la atmosfera y las nuevas que continuamente aumentan la acumulación) son las que están acelerando el cambio climático e impactando cada vez más a los países pequeños, incrementando así la injusticia climática que se ha creado.
3. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático buscó evitar esta injusticia
Esta Convención es un tratado internacional que fue ratificado por 197 países y entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Hoy en día tiene una membresía casi universal, ya que 197 países (denominados Partes en la Convención) la han ratificado.
El texto de la Convención buscó reflejar las diferencias que existen entre los países en cuanto a la responsabilidad por la evolución del cambio climático y en cuanto a los impactos que cada país tiene, con el fin de evitar la injusticia climática que se ha venido agravando continuamente en perjuicio de los países más pequeños y vulnerables.
En el Artículo 3, Inciso 1, se indicó lo siguiente sobre las diferencias y las responsabilidades que existen entre los países:
• Las Partes (los países) deberían proteger el sistema climático en beneficio de las generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades. En consecuencia, las Partes que son países desarrollados deberían tomar la iniciativa en lo que respecta a combatir el cambio climático y sus efectos adversos.
• Deberían tenerse plenamente en cuenta las necesidades específicas y las circunstancias especiales de las Partes que son países en desarrollo, especialmente aquellas que son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, y las de aquellas Partes, especialmente las Partes que son países en desarrollo, que tendrían que soportar una carga anormal o desproporcionada en virtud de la Convención.
De acuerdo con lo anterior, la responsabilidad principal recae en los países grandes y desarrollados, y se estima que son los que debieran de liderar el camino a seguir y de apoyar a los países pequeños, tanto en la mitigación de GEI como en la adaptación al cambio climático de su territorio y su economía.
En esta parte de la Convención, la idea era que, los países grandes e industrializados fueran los que más hagan para reducir las emisiones en su territorio y más apoyen a los más débiles y vulnerables, ya que ellos son la fuente de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y actuales.
La implementación de la Convención busca llevarse a cabo a través de reuniones anuales, llamadas Conferencias de las Partes (COP, Conference of the Parties), donde los países buscan negociar acciones para luchar contra el cambio climático, tanto en mitigación como en adaptación. La última COP que se acaba de efectuar fue la COP29, la cual se realizó del 11 al 22 de noviembre del 2024 en Bakú, Azerbaiyán.
El problema en la práctica ha sido que las acciones acordadas en las veintinueve COPs que se han realizado han sido insuficientes con respecto a las necesidades. Adicionalmente, se ha dado un importante incumplimiento de muchas de estas acciones que se habían acordado en alguna de las COP.
No solamente las COP han tenido resultados insuficientes de acuerdo con las necesidades, sino que además se han dado incumplimientos importantes de muchos de los acuerdos, tanto en mitigación de gases de efecto invernadero como en el apoyo financiero en la adaptación de los países que están siendo más afectados por el cambio climático.
El problema es que todos los compromisos que adquieren los países, tanto en mitigación como en adaptación, además de ser insuficientes para las necesidades nacionales y globales, son voluntarios y no existe ninguna penalización cuando estos compromisos se incumplen.
No pasa nada si se incumplen los compromisos de mitigación de GEI y de ayuda (financiera, tecnológica, etc.) a los países menos desarrollados, que son los que se están viendo más afectados, para su adaptación a los crecientes impactos del cambio climático.
4. ¿Cómo debieran de responder los países al cambio climático?
Una política climática eficaz de un país (con sus estrategias y acciones) para responder apropiadamente al cambio climático debe centrarse, en lo fundamental, en las dos siguientes áreas:
• Mitigación. El enfoque de este eje es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la estabilización de los niveles de estos gases que atrapan en la atmósfera el calor generado por los rayos solares y provocan el creciente cambio climático.
• Adaptación. El enfoque de este eje es la adaptación de todos los sectores económicos y sociales del país y de los ecosistemas al cambio climático que ya existe y que está deteriorándose continuamente.
La adaptación al cambio climático conlleva a tomar las acciones necesarias para proteger el sistema económico y social y sus múltiples sectores (infraestructura vial, vivienda, agricultura, ciudades, agua, centros de salud y de educación, etc.) y los ecosistemas.
Cuanto más reduzcamos las emisiones en este momento, más fácil será adaptarnos a los cambios que hay que hacer y que ya no podemos evitar.
La implementación de una política climática, tanto en mitigación como en adaptación, requiere de una enorme cantidad de recursos financieros y de la disponibilidad de tecnologías apropiadas.
La mayor parte de los países no tienen a su disposición esa gran cantidad de recursos y de tecnologías, por lo que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan creciendo a pesar de la gravedad y de los peligros para la humanidad de la aceleración del cambio climático.
5. Conclusiones
La injusticia climática que sufren los países pequeños y con pocos recursos, como Costa Rica, ha ido creciendo significativamente con el tiempo, ya que, en el mundo real, los países responsables del cambio climático y de su aceleramiento continuo, no han asumido sus responsabilidades, tanto en la mitigación de GEI como en el apoyo a los países pequeños y vulnerables para su adaptación a los crecientes impactos.
Los países que menos emiten gases de efecto invernadero son los que más necesitan adaptarse, pero no pueden hacerlo porque son los que más carecen de los medios necesarios (financieros, tecnológicos, institucionales, etc.).
Estos países son los más vulnerables y los más expuestos a los crecientes impactos del cambio climático, tales como sequías y tormentas devastadoras, olas de calor de gran impacto y aumentos del nivel del mar destructores.
Aunque no sean los responsables de causarlo, estos países en vías de desarrollo sufrirán cada vez más los impactos más catastróficos del cambio climático y su desarrollo económico y social y su estabilidad está siendo puesto en peligro de manera creciente.
Costa Rica es uno de estos países. Por su tamaño pequeño, emite solamente el 0,02% de las emisiones globales de GEI, pero es uno de los países más vulnerables ya que se encuentra en una de las zonas geográficas del mundo más sensibles al cambio climático.
Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero del país crecen continuamente y violan todos los compromisos que se han adquirido internacionalmente de reducirlas, incluyendo los compromisos de reducción de emisiones dentro del marco del Acuerdo de París (COP21 realizada en el 2015), Costa Rica contribuye de manera insignificante al cambio climático.
A pesar de contribuir de manera insignificante al cambio climático, Costa Rica es uno de los países que más está siendo impactado por las múltiples afectaciones de este fenómeno que, en lo fundamental, ha sido creado y continúa siendo acelerado por los países grandes.
Ante esta crítica situación, el país debe necesaria y urgentemente actuar de manera decisiva para ir adaptándose al cambio climático, adaptación que no está ocurriendo de manera relevante.
Los planes nacionales de mitigación de gases y de adaptación al cambio climático no solamente son de escritorio, sino que además tienen capacidades muy reducidas (financieras, institucionales, etc.), razón por la cual no han tenido ningún impacto relevante en ninguno de esos dos campos.
Y los pocos recursos que existen no están teniendo el impacto deseado y no tienen trazabilidad.
Un artículo, titulado “Fondos públicos destinados a financiamiento de políticas climáticas carecen de trazabilidad, determina CGR”, resume de la siguiente manera el reciente informe de auditoría número DFOE-SOS-SGP-00003-2024 de la Contraloría General de la República (CGR):
• Existen áreas críticas que afectan la gestión de acciones climáticas del país en lo referente a instrumentos de política pública sobre esta materia.
• Existe una limitada trazabilidad en el uso de fondos de financiamiento climático.
• A excepción del financiamiento internacional, a nivel nacional no se rastrean, contabilizan y generan informes sobre los fondos públicos destinados a objetivos climáticos.
• No se mapean las fuentes de financiamiento privado, ni se estiman costos ni se tienen planes de financiamiento para todas las políticas climáticas.
• Sumado a ello, las dificultades en el acceso a información clave para evaluar el progreso y los resultados de las acciones contra el cambio climático financiadas con estos recursos nacionales e internacionales podría limitar la confianza y acceso a fuentes de financiamiento.
• No existen metas específicas en las políticas y planes que definan la cantidad de emisiones que cada sector debe reducir para contribuir a los objetivos nacionales de disminución de gases de efecto invernadero.
Lo anterior muestra que, además de tener planes de mitigación y de adaptación de escritorio con capacidades muy limitadas y con carencias muy significativas (financieras, económicas, tecnológicas, etc.), el país tiene adicionalmente importantes carencias institucionales para enfrentar la creciente amenaza del cambio climático.
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